LENGUAJE, LENGUA Y COMUNICACIÓN ORAL

Estamos pensando casi las 24 horas del día, cada minuto. Pensamos cuando leemos un libro, cuando vemos una película, cuando hablamos con las personas, pensamos incluso cuando creemos que no lo hacemos. Pero no llegamos a sacar a la luz más que un pequeño porcentaje de todas las ideas que se pasan por nuestra cabeza a lo largo del día. ¿Qué pasaría si sacaramos a la luz el 100% de lo que se nos ocurre? En la mayoría de los casos sería un completo desastre. Sin embargo, a través de un diálogo y un buen debate se puede llegar a tener una conversación muy fructífera en la que todos los participantes aprendan de los demás.


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ACTIVIDAD DE COMUNICACIÓN ORAL

La edad planteada para esta actividad es 5º de primaria y el tema propuesto para este grupo es "Los deportes". La elección del tema se debe a que es muy recurrente, todos los niños de ahora, o casi todos, practican algún deporte de manera extraescolar, por lo tanto todos los niños van a poder aportar ideas. Por otro lado, sabemos que al niño tímido de clase le encanta el tenis y el hockey y creemos que el tema de los deportes va a ser una buena idea para invitarle a participar.

Para poder hablar cómodamente y mirándonos a la cara, lo primero que haremos será cambiar la configuración del aula. Estar unos detrás de otros no nos aporta nada a la hora de establecer un diálogo; estar al alcance de los gestos y las expresiones del otro, nos dará mucha más información. Por ello, moveremos todas las mesas y sillas y las pondremos en círculo. También lo que podemos hacer es quitar las mesas y dejar sólo las sillas, ya que las mesas suponen una barrera física.

Nos gustaría que fuese un diálogo, más que un debate, ya que no queremos que todas las preguntas lleven a que las ideas de unos niños se opongan a los de otros. Sin embargo también habrá preguntas de "sí" o "no" que llevarán a un pequño debate.

Antes de empezar el diálogo, haremos un recordatorio de las normas de convivencia que se llevan trabajando todo el curso:
  1.  Si quiero hablar y aportar algo interesante, debo levantar la mano.
  2. Respeto las opiniones de mis compañeros, aunque sean diferentes a la mía. (No me río de las opiniones ajenas).
  3. Si nadie opina igual que yo, no pasa nada, todos somos diferentes y no tenemos por qué ir siempre a favor de la mayoría.
  4. No hay opiniones buenas ni malas, todas valen.
  5. No por hablar más alto voy a tener más razón.

Preguntas de andamiaje
  • ¿Creéis que hacer deporte es bueno?
  • ¿Creéis que todas las personas deberían practicar algún deporte?
  • ¿Hay deportes para chicos y deportes para chicas?
  • ¿Jugáis a algún deporte en los recreos? Si la respuesta es no, ¿por qué y qué haría falta para ello?
  • ¿Todas las personas pueden practicar deportes o se necesita alguna cosa en especial para ello?
  • ¿Hasta qué edad y desde qué edad se puede practicar deporte?


Como en todas las actividades de aula, habrá alumnos que participen más que otros. Debemos estar muy atentos para darnos cuenta de quiénes son esos alumnos a los que les cuesta más dar su opinión e intentar que consigan expresarse en público. Sin embargo no podemos imponerles nada, debemos estar atentos a las reacciones de estos niños para ver en qué momentos presta mayor interés. Cuando sepamos qué aspectos suponen en él mayor interés, podemos plantear una pregunta que vaya dirigida hacia ese niño, sin forzar.
Así como puede haber niños muy tímidos, puede haber niños que no dejen hablar a los demás, de todo lo que hablan ellos. En este caso, recordaremos a ese niño las normas del aula y le invitaremos a escuchar las opiniones de los demás compañeros y a levantar la mano si quiere hablar.


Método de evaluación- Diana de evaluación
Se evalúa cada ítem marcando en cada uno de los niveles de la diana en qué punto está el alumno. Una vez hemos evaluado todos los ítems se unen los puntos y se colorea el área de la figura resultante. Cuanto mayor sea el área de la figura más completo será el alumno en las competencias que se evalúan. Es una manera muy visual de saber en qué punto del aprendizaje está cada uno de nuestros alumnos. Aquí tenemos un ejemplo de diana de evaluación.

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Los aspectos que vamos a evaluar en la actividad son: participación, argumentación, vocalización, escucha activa, gramática y coherencia.



Bibliografía:
  • Apuntes y documentación complementaria de la asignatura "Didáctica de la lengua"

Comentarios

  1. La introducción de la entrada ha despertado mi interés y me ha incitado a seguir leyendo ¡Enhorabuena!

    Referente a la propuesta didáctica, me ha llamado la atención la posibilidad de preguntas de carácter cerrado que se contempla. Es decir, preguntas que puedan responderse con un sí o un no. Me ha llamado la atención porque en este tipo de propuesta la finalidad es todo lo contrario: respuestas abiertas y flexibles para favorecer la expresión oral del alumno. De este modo, las preguntas que se plantean también han de ser breves y con carácter abierto.

    Por otro lado, considero que las normas para el diálogo están muy bien porque son claras, concisas y adecuadas. También me ha parecido muy atractiva la “diana de evaluación” porque es un sistema muy visual y no la conocía. Aún así, se podría mejorar con el ejemplo de los ítems de evaluación para la propuesta expuesta.

    Finalmente, comentar que me parece un tema interesante a tratar con los alumnos por dos razones: la primera, como bien expones, es un tema que motiva al chico tímido de la clase y la segunda, porque ayuda a inculcar un hábito saludable.

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  2. Tu actividad está bien planteada, aunque un poco escasa en desarrollo.

    Como dices, hay preguntas cerradas (que solo sirven para una ronda de respuestas rápidas para tantear las ideas del grupo) y otras más abiertas que, efectivamente, favorecen el diálogo social... que es el objetivo a conseguir.

    Para que realmente sea una actividad de diálogo en gran grupo y no una simple sucesión de argumentaciones individuales, debes asegurarte de que cada respuesta que se dé a las preguntas abiertas, sea comentada, debatida, completada... entre todo el grupo hasta que se agote, antes de pasar a una idea nueva. Lo más importante es que no sea: yo pienso que sí por esto, yo pienso que no por aquello... sino que se escuchen y se respondan unos a otros y eso les obligue a argumentar sobre sus propias argumentaciones y sobre las de los demás.Deja claro en tu actividad cómo vas a hacerlo porque puede parecer una pequeñez, pero es lo que diferencia un tipo de acto comunicativo de otro.

    En cuanto a la evaluación, está genial que evalúes las inteligencias múltiples en cualquier actividad de cualquier área, pero, si al final tienes que saber cómo es el desarrollo lingüístico oral de los niños y evaluarlo llevando un seguimiento para potenciar los puntos fuertes y desarrollar los puntos débiles.

    Deberías incluir una tabla sencillita de evaluación, fácil de rellenar, para ir anotando el progreso de los alumnos a lo largo del curso. Debe reflejar los aspectos en los que te vas a ir fijando durante la puesta en práctica de las actividades de expresión-comunicación oral. En la calificación final del ítem de comunicación oral (y de cualquiera que suponga el desarrollo de una habilidad, capacidad o competencia), no puede hacerse una media del trimestre sino tener en cuenta las últimas actividades. Se supone que el niño va evolucionando y es el momento final el que determina su nivel. Pero hay que ir recogiendo el desarrollo para ser consciente de la evolución.

    Debes incluir también una tabla de autoevaluación para los niños, con los mismos items que tú vas a evaluar pero presentados de forma sencilla y con una descripción de niveles de consecución tipo: nunca-a veces-siempre o mal-regular-bien-muy bien. Cada vez se le da más importancia a hacer partícipes a los niños de sus aciertos y errores, de que tomen las riendas de su propio desarrollo de competencias. Para ello es importante que se autoevalúen y se pongan retos de aspectos a mejorar y potencien sus puntos fuertes.

    Incluye, además, una breve retroalimentación (oral y pública) para cada niño. Un punto débil para mejorar (solo uno cada vez) y un punto fuerte para reforzar y felicitar (uno solo también). De esta forma, ninguno se siente mal. Aunque los niños se autoevalúen, necesitan saber qué hacen bien y qué deben mejorar desde una perspectiva externa.

    Y, para ser del todo justa, pregunta también a los niños sobre la organización y desarrollo de la actividad para que te ayuden a autoevaluarte.

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